Vivimos en una sociedad narcotizada, si, vivimos una etapa donde dependemos de un "farmaco". Como tal, a creado a su alrededor destrucción, desosiego y calamidades.
Hemos abandonado los valores sociales e incluso los individuales. Ya ni sabemos mirar(nos), somos gente anónima y desterrada, deambulando por calles sin nombre, respirando por inercia... aparcando sueños por el afan de llegar a algún sitio. Pero tras llegar, cierras la puerta, abrazados a nuestras rodillas, en cuclillas, llenos de miedo y soledad, permanecemos quejumbrosos hasta el toque de despertador.
Día tras día, calles peatonales, puertas maltrechas, papeles olvidados, colillas mal apagadas... y rostros, rostros sin nombres, sin gestos pero con culpas, pensamientos lastimeros...y semaforos intransigentes, asfixia colectiva, renegando la falta de tiempo, enjuiciando latas vacias a nuestro paso.
Que paren el mundo que yo me bajo aquí!
Mar Sánchez
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